Jakie są kluczowe różnice między zadaszeniami kontenerowymi a tradycyjnymi halami magazynowymi?

¿Qué aspecto tienen las cubiertas entre contenedores?

Las cubiertas entre contenedores son estructuras funcionales y rápidas de montar que se forman tendiendo un armazón de arco de acero entre dos filas de contenedores de transporte o, en determinadas variantes, sobre un armazón que permite fijarlos directamente al suelo. Esta solución es una opción económica y robusta, ya que los contenedores sirven tanto de cimientos como de espacio de almacenamiento. De este modo se evita la costosa construcción de cimientos clásicos. El revestimiento del techo, de tejido de PVC resistente a los rayos UV y a la intemperie, con un peso elevado, garantiza una larga vida útil y una protección fiable. El conjunto se basa en una estructura de acero galvanizado resistente a la corrosión y fácil de instalar.

El sistema modular permite anchuras de hasta 6 metros y una ampliación gradual, por lo que el único límite al tamaño de la estructura es el espacio disponible. La altura de la estructura depende del tipo de contenedores utilizados (estándar o HC) y del tipo de techo elegido. Su altura en la parte central de la estructura aumenta en proporción a la separación entre contenedores: cuanto mayor sea la separación, más alto será el techo. Según la configuración, la altura medida desde el borde superior del contenedor o del muro de bloques de hormigón puede oscilar entre 2 y 6 metros. Las marquesinas pueden instalarse tanto de forma temporal como para periodos más largos, y pueden equiparse adicionalmente con paredes o puertas delanteras y traseras.

También es posible instalar la estructura sobre bloques de hormigón "lego". - Esta solución es ideal, por ejemplo, en la industria del reciclaje, donde la movilidad y la adaptación rápida son muy importantes. Al mismo tiempo, los bloques actúan como un sólido muro de contención que permite almacenar los residuos de forma segura hasta la parte superior. Gracias a su resistencia, es posible cargar posteriormente el material con una pala cargadora, por ejemplo, sin riesgo de dañar las paredes de la caja. El resultado final es un espacio de trabajo o almacenamiento robusto, estéticamente agradable y móvil, que puede ponerse en funcionamiento rápidamente sin necesidad de perder tiempo en papeleos y obras.

Naves de almacén tradicionales: un clásico del almacenamiento

Las naves de almacenamiento de hormigón o acero llevan años siendo una opción fiable en el sector del almacenamiento a largo plazo. Su mayor ventaja sigue siendo su durabilidad estructural y su resistencia al paso del tiempo. Los sólidos muros y techos ofrecen la posibilidad de equipar el espacio con sistemas de climatización, monitorización o automatización avanzada, lo que se traduce en seguridad y comodidad.

Sin embargo, esta forma clásica de almacenamiento no está exenta de limitaciones. El plazo de ejecución, a menudo de muchos meses, se debe a la necesidad de obtener permisos, crear diseños y construir cimientos. En cambio, una cubierta entre contenedores puede levantarse en uno o pocos días, sin necesidad de maquinaria pesada. Las naves tradicionales están permanentemente atadas al suelo, por lo que su traslado resulta muy caro o incluso imposible. En cambio, las estructuras en contenedores pueden desmontarse y reubicarse fácilmente para adaptarse a las condiciones cambiantes de la empresa. Además, el coste de construcción de las naves tradicionales supera la inversión en construcciones ligeras de PVC y acero, una diferencia que resulta especialmente notable. Por este motivo, las cubiertas entre contenedores se están convirtiendo en una alternativa cada vez más popular, ya que ofrecen una funcionalidad similar pero con menos dinero y mayor flexibilidad.

Costes de construcción y mantenimiento

A la hora de elegir entre un almacén y las cubiertas entre contenedores, uno de los factores más importantes es el coste. Las marquesinas montadas sobre contenedores requieren unos costes de construcción considerablemente más bajos, tanto en materiales como en mano de obra. Las naves tradicionales requieren materias primas más caras y que consumen más recursos, como el acero y el hormigón, lo que se traduce en un coste global más elevado.

Igualmente importantes son los costes de explotación. Las estructuras de contenedores, por su sencillez y diseño modular, son fáciles de mantener y su mantenimiento es menos costoso. Las naves tradicionales, en cambio, requieren inspecciones periódicas, mantenimiento de las instalaciones y, a menudo, reparaciones relacionadas con el funcionamiento de componentes duraderos. Además, la adaptabilidad de las cubiertas entre contenedores -como la ampliación o el traslado- permite a las empresas optimizar los costes en función de las necesidades del momento. Es esta flexibilidad y el menor umbral de inversión lo que hace de este tipo de construcción una alternativa atractiva a las soluciones clásicas para muchas empresas. Una ventaja adicional es la posibilidad de desmontar fácilmente y revender tanto la marquesina como los contenedores usados, que son muy populares en el mercado secundario. Lo mismo puede decirse de las marquesinas montadas sobre bloques de hormigón (ZD), que pueden desmontarse, embalarse y trasladarse a otro lugar o venderse en su totalidad. Estas soluciones no sólo proporcionan a las empresas flexibilidad operativa, sino también una mayor seguridad financiera cuando cambian los planes de inversión.

Flexibilidad y plazo de entrega

El montaje rápido es una de las mayores ventajas de las cubiertas entre contenedores. En un entorno empresarial dinámico, la capacidad de montar este tipo de estructuras en uno o pocos días tiene una gran importancia operativa. La construcción modular permite adaptar fácilmente el espacio a las necesidades actuales, ya sea ampliándolo o reduciéndolo.

Los pabellones tradicionales requieren bastante más tiempo para completar el proyecto: desde el diseño, pasando por la obtención de las aprobaciones, hasta la construcción de los cimientos y la instalación de la estructura permanente. Mientras tanto, una marquesina entre contenedores permite responder inmediatamente a las nuevas necesidades del negocio, como un aumento estacional de las existencias o un cambio de ubicación. La adaptabilidad de esta estructura también tiene importancia práctica en el contexto de la reubicación, especialmente con el uso de cimientos alternativos en forma de bloques Lego de hormigón, lo que facilita un rápido desmontaje y montaje sin grandes gastos. Esto da a las empresas una ventaja operativa, reduciendo el tiempo de inactividad y acortando el plazo para adaptarse a los cambios del mercado. Es más, en virtud del artículo 29.1.12 de la Ley de la Construcción, una marquesina temporal no se considera un objeto fijado de forma permanente, lo que permite erigirla legalmente durante un máximo de 180 días sobre la base de una notificación, sin necesidad de obtener un permiso de construcción. Esta normativa legal facilita aún más la rápida implantación de este tipo de soluciones y aumenta la flexibilidad operativa de las empresas.

Aspectos ecológicos

Las cubiertas entre contenedores también destacan desde el punto de vista ecológico. Su forma modular y móvil favorece la reutilización de la misma estructura, reduciendo así la necesidad de nuevas materias primas y la generación de residuos de construcción. Los materiales ligeros -como el PVC y el acero galvanizado- consumen menos energía durante su producción que el hormigón y el acero utilizados en las naves clásicas, lo que se traduce en una menor huella de carbono.

Además, los contenedores de transporte como base para el montaje permiten reutilizar los recursos existentes, lo que encaja con la idea de una economía de bucle cerrado. Los cimientos alternativos hechos de bloques de hormigón Lego son otra solución ecológica, ya que ofrecen la posibilidad de desmontar y reutilizar fácilmente los elementos. En cambio, las naves tradicionales requieren una importante inversión en materiales y energía, y su desmontaje suele generar muchos residuos. En consecuencia, las cubiertas entre contenedores son una opción más ecológica que combina la funcionalidad con la preocupación por el medio ambiente.

Aplicaciones de las cubiertas entre contenedores en diversos sectores

Las cubiertas entre contenedores funcionan bien en sectores que requieren un enfoque flexible del espacio de almacenamiento. Industrias como el comercio electrónico, la logística, la industria del montaje o la construcción estacional valoran la capacidad de reaccionar rápidamente a las condiciones cambiantes, y por eso optan cada vez más por las marquesinas escalonadas, entre contenedores marítimos, como alternativa moderna. Este tipo de estructuras permiten ampliar rápidamente las instalaciones y, en caso necesario, desmontarlas o trasladarlas.

En cambio, las naves tradicionales siguen siendo indispensables en sectores que exigen durabilidad y fiabilidad a largo plazo, como la industria pesada, la producción en serie o el almacenamiento de materiales que requieren condiciones especializadas. La elección entre ambas soluciones depende de las características específicas de la empresa, el plazo de entrega y el presupuesto disponible. Para las empresas centradas en la movilidad y la optimización de costes, las cubiertas entre contenedores ofrecen un excelente equilibrio entre funcionalidad y economía, al tiempo que reducen el impacto medioambiental. Además, estas estructuras apoyan medidas respetuosas con el medio ambiente: gracias a su construcción modular, pueden desmontarse, volver a montarse y los materiales pueden reciclarse por completo, lo que encaja con la idea de una economía de circuito cerrado. También cabe señalar que, de acuerdo con la legislación vigente (por ejemplo, el apartado 1 del artículo 24 del Reglamento del Ministerio de Infraestructuras de 7 de julio de 2008), los residuos deben almacenarse de forma que queden protegidos de los efectos de los agentes atmosféricos, como la lluvia: las cubiertas para contenedores cumplen idealmente este requisito.

Estas marquesinas también se utilizan mucho en la industria y la agricultura: pueden emplearse como cajas de áridos en plantas de hormigón, almacenes de carbón, fertilizantes o piensos. También se utilizan cada vez más como garajes o almacenes montados sobre contenedores, bloques de hormigón o los populares "bloques de Lego". Gracias a sus sólidas paredes, es posible, por ejemplo, soportar big-bags de material a granel, lo que aumenta aún más la funcionalidad y la seguridad de uso.

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